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jueves, 25 de mayo de 2023

Arriar la estelada

El día en el que arriaron la estelada

casi llovía, el cielo estaba gris.

Un hombre en la escalera descolgaba

las barras y la estrella apagada,

bandera del oprobio y del dolor,

de la traición y de la imposición,

de los derechos rotos, vulnerados,

del sufrimiento, del puño apretado.

También de nuestra determinación,

de la paciencia, esfuerzo y del tesón.

Baja del mástil el trozo de tela

que nos quiere romper.

Que ese palo seco y vacío nos muestre

cómo a veces el mal no prevalece,

cómo a veces los buenos se mantienen,

resisten, se unen y también vencen.

Que llegue el día en que en esa madera

agite el viento la otra bandera,

la que nos una en paz,

la que nos traiga la prosperidad,

la que nos de justicia y libertad.










lunes, 22 de mayo de 2023

Arco iris

Forma la lluvia efímeros espejos

en la tierra mojada del camino

que recorre los pies del peregrino.

Surgen del suelo robles, pinos, tejos;

de montañas y soles los reflejos.

"Corta nuestra existencia, triste el sino

de la vida que mata el asesino

que supera los árboles añejos.

¡Quién pudiera el crepúsculo admirar,

ver los rojos y azules derretirse,

nubes que el arco quieren ya borrar!”

Ya comienzan los charcos a morirse;

torna el camino a frío y seco estar,

solos vuelven los dioses a sentirse.




sábado, 13 de mayo de 2023

El soneto 116

Leía hoy en Facebook que Leopoldo Tolívar se quejaba de las ininteligibles traducciones de los sonetos de Shakespeare y ponía ante nuestros ojos el caso del Soneto 116, a la vez que compartía una traducción del mismo que había hecho un amigo suyo.

Difícil resistir la tentación de intentarlo. Copio primero el texto en inglés y tras él ofrezco mi versión.

Let me not the marriage of true minds
Admit impediments; love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove.
O no! it is an ever-fixèd mark
That looks on tempests and is never shaken;
It is the star to every wandering bark,
Whose worth's unknown, although his height be taken.
Love's not Time's fool, though rosy lips and cheeks
Within his bending sickle's compass come;
Love alters not with his brief hours and weeks,
But bears it out even to the edge of doom.
If this be error and upon me proved,
I never writ, nor no man ever loved.

Permitid que no admita impedimentos
en la unión de dos mentes verdaderas.
El amor no es amor si muda cuando
se enfrenta a la mudanza, o se distancia
si ve de la distancia consecuencias
¡Oh no! Que es el amor faro de piedra.
Contempla las tormentas, no se quiebra.
De los buques errantes es la estrella
cuya altura se mide y su valor
se ignora. 
                [No es amor simple juguete
del tiempo. Aunque el rojo de los labios
y el rosa de los pómulos se incline
ante su cruel guadaña, no se altera
el amor por lo breve de las horas,
sino que persevera hasta el fin.
Si esto fuera error y se probara,
Ni yo escribí ni nadie nunca amó.

Ciertamente, hay diferencias entre el sentido de las palabras de la versión y el original. He intentado mantener un cierto ritmo, para lo que he buscado versos endecasílabos con acento en sexta sílaba. Algunos versos riman, pero no se ha pretendido buscar ninguna regla en dicha rima, sino que me he dejado guiar por el oído, pensando que un ritmo demasiado marcado no le vendría bien al resultado final. Por esa razón, tampoco me molestan los abundantes encabalgamientos.
A partir de lo anterior, he intentado ser fiel a mi interpretación del poema.


Versión de Luis Astrana Marín (Aguilar, México DF 1991, a partir de la primera edición en Madrid, de 1932)


Versión de Andrés Ehrenhaus (Barcelona, Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg, 1984)


Versión de Jenaro Talens (Madrid, Cátedra, 2014)


Versión de Ignacio Gamen (Renacimiento, 2009)











miércoles, 10 de mayo de 2023

Nieve

He querido contar
cuántas veces la nieve ha descendido
hasta cubrir el gris de vuestras tumbas.
Cuántas veces la lluvia ha golpeado
vuestros nombres en piedra bajo cruces
sencillas como casas de inocentes.
He querido contar
días, vidas, encuentros, alegrías.
He querido contar las oraciones,
besos, riñas, desdichas.
Lo que cuentas no muere. Lo que recuerdas vive.
No quiero vuestra muerte,
no quiero vuestra entrega y sacrificio.
No. No la quiero.
No quiero esas nubes invernales,
esos árboles de ramas desnudas,
esos setos rojizos.
No. No los quiero.
No quiero un cielo denso de cemento,
un suelo mortecino,
hierba cortada y seca,
el jardinero que fuma a escondidas
un poco más allá de las cruces sencillas.
Una vida intranscendente, perdida,
olvidada de principios y honores,
de serios compromisos.
Olvidada de ese sol postrero a la tarde
cuya luz te roza el rostro un instante,
como si Dios acercara sus labios
a tu mejilla, a tus ojos y frente.
Esa luz es una vida,
la vida que dejas por esta tumba,
las ramas de abeto sobre la piedra,
el seto rojizo, la cruz sencilla.
¡Devuélveme a la vida tú que me amas!
Déjame disfrutar una vez más
del tibio sol de febrero,
una larga mañana de domingo,
el olor del jazmín en el verano,
el aire de las cumbres en la cara.
Tú que me amas, sácame de la tumba,
devuélveme a la vida que perdí.
...
Tú que me amas, ¡ayúdame!
Dame fuerza en el último momento
para ver más allá de nuestras muertes
el mundo que mis amigos tendrán,
las ramas de abeto, la cruz sencilla,
el seto rojizo, la piedra gris,
la calma y la felicidad de muchos,
tranquilidad serena, risas, paz.
Tú que me amas, extiéndeme la mano,
no me dejes partir en soledad.
Tú que me amas, que no muera el recuerdo.
Siéntate a nuestra vera,
cuenta los copos de nieve que caen
sobre los nombres grabados en piedra,
ten paciencia y mira cómo la lluvia
se desliza y moja la tierra negra.
Reza las oraciones que aún sepas.
Imagina las vidas que entregamos.
Cuenta, cuenta.