Forma la lluvia efímeros espejos
en la tierra mojada del camino
que recorre los pies del peregrino.
Surgen del suelo robles, pinos, tejos;
de montañas y soles los reflejos.
"Corta nuestra existencia, triste el sino
de la vida que mata el asesino
que supera los árboles añejos.
¡Quién pudiera el crepúsculo admirar,
ver los rojos y azules derretirse,
nubes que el arco quieren ya borrar!”
Ya comienzan los charcos a morirse;
torna el camino a frío y seco estar,
solos vuelven los dioses a sentirse.
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