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miércoles, 16 de octubre de 2019

Revolución 2019

Cuelgan cadáveres de las farolas;
hombres, mujeres; brazos y pies desnudos;
jirones de carne azul bajo la lluvia.
Se hace de noche en la ciudad silenciosa,
devoran las llamas papeles y edificios.
Se cierra el día y las puertas son condenadas.
Quedan francas las casas de los muertos
que cuelgan de lo alto de las farolas,
péndulos sobre vómitos y excrementos.
Ya no son nada,
adornos en las aceras de la ciudad,
ojos de cristal, lenguas de cartón;
hay quien aún les espera con amor,
sin saber que sus manos están atadas,
que una cuerda aprieta su yugular,
que ya no son.
Restos de la ira, trigo molido,
uva macerada en el puño de la masa.
Del causante el cadáver las culpas paga
con ese voltear grotesco y lento
sobre sangre y excrementos.
Bajo la luna callada algunos se acercan y lloran
mientras otros escapan.
Ya nadie se acuerda de quien tensó la cuerda
que en cada farola una persona ahorcó.
La furia que el odio en su día sembró
se abre paso entre matas y malezas,
asfixia las rosas y los claveles,
tiñe de negro risas y esperanzas.
Quedémonos juntos los que aún amamos
e incluso en esta noche oscura y fría
confiemos en que el sol que llegue alumbre
un mundo en paz, un mundo en libertad.


viernes, 4 de octubre de 2019

Obra

En el sol de la tarde
se levantan ciudades de hormigón
y de hierro.
Músculos y sudor.
Polvo en el aire, calor.
Brazos en hermandad
que juntan agua y arena,
alisan el cemento,
remueven el alquitrán.
En el calor de la tarde
se pegan las grasas a los zapatos
y desde los automóviles
ojos furtivos
de quienes van y vienen,
contemplan la calle rota y quebrada,
en lo que estaba oculto se detienen
y admiran la forma en que se rehace.
En la luz de la tarde
se apura la jornada que ya acaba.
Son los jefes coronados
por el resplandor del sol
que roza ya las azoteas blancas.
Los cascos limpios y la ropa cara.
Se mezclan con la brea
sin hundirse en el negro.
Ellos también construyen,
también levantan ciudades de acero
sin manchas grises de obra en los dedos,
sin cemento adherido a los cabellos.
Sus axilas no están húmedas
ni enrojecidas sus caras.
Es otra su hermandad...
o no, quizás.
Los que miramos y los que construyen.
No hay más.
Así ha sido, así por siempre será


domingo, 15 de septiembre de 2019

Boda

Noche verde, noche negra.
Jóvenes que se abrazan
en trajes que eran nuevos
esa misma mañana.
Emocionadas madres con cariño
los habían sacado de sus fundas,
y extendido en camas abandonadas.
Ahora están arrugados, manchados,
con ceniza y lamparones.
Antes que llegue el día probarán
saliva y estertores.
Bajo la luna se abrazan los jóvenes.
Piel con piel, un leve sudor, rocío.
Los ojos húmedos y enrojecidos
las corbatas deshechas,
las blusas agitándose,
zapatos dejados sobre la hierba.
Se mezclan los recuerdos,
partidos y salidas,
peleas infantiles,
coqueteos furtivos,
estudios y carreras.
Una vida entera.
Suena la gaita a la sombra de piedras
grises y esmeraldas, tristes
porque el tiempo pasa,
el pantalón se alarga,
los deseos cambian
y a la vuelta de la esquina
ya espera la noche oscura, serena.
Pero no bajo esta luna antigua.
Hoy dejemos que la vida desborde
gargantas y corazones.
Estos son días que valen por años,
que resumen lo que fuimos,
que cierran puertas y abren dolores.
Estos son días que recordaremos
otras noches bajo lunas serenas,
otros días de fiesta
y también de alegría.


lunes, 19 de agosto de 2019

En el jardín



Tardes deshilachadas
que detienen lo negro.
Las chuletas y las salchichas
derraman su zumo espeso,
cae sobre la ceniza,
chisporrotean las brasas,
se apagan.
Mezclas el helado con la saliva.
Eco de caramelos
entre dientes gastados,
mellados.
Palabras colgadas en el crepúsculo,
esperando la noche,
húmedos los cabellos.
Vuela la pelota que lanza el niño.
Atraviesa el césped y la recoge
el anciano temblando,
pensativo y sereno.
La cerveza fresca y pies descalzos.
Crecen las sombras que cubren lo verde.
Nos miramos, aguardamos.
Ya el día va cayendo,
pero recordamos el sol primero.
Recogemos juguetes en la hierba
entre risas cansadas,
promesas y descuidados encuentros.
Una falda leve,
una mano delgada,
oráculo y recuerdo.
Retrasamos el momento
-cierto-
de enfrentarnos al lecho



miércoles, 8 de mayo de 2019

Berlín en mayo (otra vez)


Sale el sol temprano en Berlín
en las mañanas frescas de mayo.
Y aquel día salió aún más temprano.
Me encontré en la calle a un borracho
que, sin vergüenza, me pidió dos marcos.
Se los dí, y más le hubiera dado.
Tenía el corazón abierto,
lleno de esperanza, entregado.
A la noche había llovido
y bajo el sol todo brillaba
limpio, puro, recién fregado.
Entretuve las horas caminando.
Repiqueteaban mis pasos
sobre las baldosas de piedra
en la fría mañana de mayo.
Todo salió como había pensado:
A las once nos encontramos,
comimos con un compañero
y ya a la tarde juntos paseábamos.
Se levantó un poco de viento,
el cielo era ahora gris.
Yo me sentía destemplado.
La acompañé hasta una calle,
la calle que era su calle.
Allí me abrí las venas,
y un chorrito de sangre
me manchó los zapatos.
Pensé por un instante
que en mi alma entraría;
pero ninguna mano
me acarició temblando.
Cuando me quedé solo
supe que ya sabía,
desde el rayo de sol primero,
que aquello pasaría.
Qué ridículo es llevar un paraguas
en una tarde gris de mayo.
La noche venía del este.
El cielo negro devoraba
las calles y mi corazón.
Me senté en mi butaca.
Rodeado de gente
me sentía mejor.
Sólo faltó un espectador,
que era ¡mira por dónde!,
justo el de mi costado.
La ópera se me atragantó.
Me reí del destino
que tan claro dejaba
lo solo que yo estaba.
Hoy he recordado
que fui yo quien compré
aquella entrada junto a mí;
cuando todavía pensaba
que aquel día de mayo
en Berlín sería soleado.

sábado, 20 de abril de 2019

Silencio



El silencio aquieta las aguas.
Como mancha de petróleo
se extiende sobre el mar;
llega a la costa;
muerde la arena,
blanca y viscosa;
vuelan gaviotas negras
sobre el océano muerto.
Lástima



miércoles, 27 de febrero de 2019

Quedarse

Quedarse.
quedarse sin esperanza,
sin que nadie aún sepa
qué puertas cerrarán,
Quedarse sin saber
qué pasará,
quién prevalecerá,
cuántas humillaciones nos aguardan,
cuántas derrotas acaecerán,
cuánta rabia vendrá.
Quedarse sin arrogancia,
con cierta tranquilidad,
soñando en la distancia
con la justicia y la paz,
Quedarse.
Quedarse convencido,
consciente.
Quedarse como tantos
que no se irán.
Quedarse porque éste es el lugar
al que la vida nos trajo,
donde ellos nacieron,
donde está nuestro hogar.
Quedarse por los que llegaron,
por aquellos que en su día vinieron,
por quienes aquí murieron.
Quedarse también por los que se marchan,
por quienes todo lo dieron,
los cansados que gritan ¡basta ya!
los que no lo entienden... ni entenderán.
Quedarse...
nada más.


martes, 26 de febrero de 2019

Cementerios lejanos

Cuando cansado el cuerpo se detenga
y en la tumba se pudran tus recuerdos.
Cuando hacia el suelo caiga tu mirada
y el azul del cielo ya sea negro;
no mires qué tierra acoge tus restos,
no escuches argumentos de tus deudos,
no persigas que una cruz señale
tus victorias y esfuerzos.
Sonríe y piérdete.
Olvídate de famas y de flores,
banderas, himnos y laureles secos.
Que griten tus huesos desde lo oscuro
que lo que ahí hay es solo de un hombre
envoltorio, aderezo.
Que ningún muerto es más
que el vivo más pequeño.
Honras no quiero,
Un instante de luz,
una mirada, un beso...
Si nada de esto puedes ya darme
inútiles son tus falsos requiebros.
Dejad ya mi mortaja reposar.
En mí crecen las flores y los setos,
cantan los pájaros y sopla el viento.
Aquí sentí mi último latido,
En este lugar el reposo encuentro.


sábado, 9 de febrero de 2019

El Brexit en el Infierno

La frase de Tusk del otro día sobre que había un lugar especial en el Infierno para quienes habían impulsado el Brexit sin tener un plan me pilló precisamente releyendo la Divina Comedia, un ejercicio que repito cada cinco o seis años.
Así que no pude menos que pensar en cuál sería el círculo del Infierno de Dante que les tocaría a estos personajes.
Tengo dudas.
Por una parte me parece que podrían compartir círculo con los consejeros fraudulentos (cantos XXVI y XXVII); pero por otra podrían estar también con quienes crearon cisma o división (canto XXVIII). En el primer caso la pena sería verse envueltos en llamas. En el segundo sufrirían como se les mutila y depedaza.
Interesante.
¿Y si probamos a escribir unos tercetos sobre estos, lo que podría ser un fragmento de canto dedicado al Brexit?

-Dime maestro, ¿quienes son aquellos
que por espada y llama tal tormento
sufren sobre sus pechos y sus cuellos?
-Son, mi querido hijo, los del cuento
del Brexit sin frontera ni maldad,
los que mudaron mente como viento
y se inventaron una realidad.
Allí ves a May, Farage está allá.
¿Y el que queda inmóvil, sin voluntad?
Es Cobyrn, quien no supo decir "ya".
Quien se negó a aprobar y a retirar
y dejó al país en un "ojalá".
A May, por la declaración firmar
diablos con fuego las manos abrasan.
Que arranquen su lengua ha de soportar
Farage mientras sus orejas traspasan.
Cobyrn, sin embargo, es el peor.
Demonios sus testículos arrasan
para penar su falta de valor,
pretendida astucia que tanto mal
tras de si dejó con mucho dolor.
-¿Y el que en la llama ríe natural
como si la pena le fuera ajena?
-Es Cameron, el bobo nacional,
la misma carencia que le condena
le sirve para no tener conciencia
del fuego, la sierra y la cadena.
- Maestro, ya no tengo más paciencia
para estas personas aguantar.
- Vamos pues, hijo, donde la ciencia
de los sabios podrás sin fin gozar.
Alli charlarás con Tusk y Barnier
y de todo bien podrás disfrutar.




lunes, 4 de febrero de 2019

Pensamientos en la noche serena



Parece ser que éste es el poema más conocido en China. Está escrito en el siglo VIII. Más o menos en la época de Carlos Martel en Europa, el abuelo de Carlomagno. Su autor es Li Bai (en chino,李白):

静夜思
床前明月光
疑是地上霜
举头望明月
低头思故乡

Un poema muy breve, como puede comprobarse.
¿Cómo se traduciría?
He visto varias traducciones, en cualquier caso el sentido no parece muy dudoso.
El título nos habla de pensamientos en una noche tranquila.
El primer verso indica que ante la cama se ve la luna brillante (o el brillo de la luna, o algo semejante).
El segundo plantea la duda de si se trata de escarcha sobre el suelo.
El tercero indica que al levantar la cabeza contempla la luna.
El cuarto que si baja la cabeza añora su país (o su tierra de origen, no tiene el sentido de Estado en términos modernos).
Intentemos una traducción (que siempre será una versión):

Pensamientos en la noche serena
Ante mi lecho, la luz de la luna
parece que es escarcha en el suelo.
Alzo la cabeza y veo la luna,
pero la bajo añorando mi hogar

Colgué la traducción en facebook y al hilo de algunos de los comentarios expliqué por qué había optado por esta versión. Comparto lo que allí indicaba:

"Aquí hay muchos matices. Por ejemplo, el mismo signo que en el título hace referencia a pensamiento (思) es utilizado en el último verso para, junto con el signo que se corresponde con tierra de origen (乡) trasladar la idea de añoranza. En los dos últimos versos hay una repetición muy significativa. El penúltimo empieza con el signo que indica alzar (举) y continúa con el signo de cabeza (头). El último comienza con el signo de inclinar (低) y continúa también con el signo de cabeza. Sigue el verbo en ambos (望 en el penúltimo, que es mirar a lo lejos, pero también puede tener el sentido de anhelar; y el ya mencionado 思 en el último). Ambos versos acaban con el objeto al que se refiere el verbo. Luna en el penúltimo (月) y país de origen en el último (乡). Ambos precedidos de un signo con connotaciones muy diferentes. En el penúltimo 明 que indica brillante y en el último 故 que tiene varios sentidos, muchos de ellos vinculados a la tristeza (muerte, viejo); pero también razón o acción deliberada. El contraste es muy claro entre ambos versos, acentuado por la repetición del comienzo; pero en la versión que doy no quise incluir esa repetición porque me parece que en español tiene menos sentido poético del que quizá tenga en chino (que nuestras palabras sean más largas creo que cambia bastante la forma de construir los poemas en una y otra lengua). Di preferencia al hecho de que todos los versos fueran endecasílabos (cuando desde una perspectiva formal quizás fuera mejor versos más cortos, pero me resultaba imposible verter el contenido en versos de menos sílabas) y sustituí la repetición en el último verso por un "pero" que para nada está en el original, aunque me satisfacía para trasladar esa idea de contraste entre ambos versos. Sí que respeté que la última palabra fuera en cada verso la que me parece que es clave: luna en el penúltimo y país de origen, que trasladé como hogar, en el último".

Huang Zhang, mi antiguo y querido alumno de China me hizo notar que en este tipo de poemas riman todos los versos menos el tercero, lo que me indujo a intentar una versión aún más libre, con versos más cortos (opté por versos octosílabos, lo más naturales en castellano) que mantuvieran esa rima en todos los versos menos en el tercero. Este es el resultado:

El brillo frente a mi lecho,
semeja escarcha en el suelo.
La vista alzo a la luna.
La bajo. Añoro y lamento.


miércoles, 30 de enero de 2019

Evidencia

Esto es una roca,
aquello es el mar.
A la mañana la escarcha cubre flores y coches.
Ya se va calmando el llanto del niño.
En invierno tiñe el blanco montañas.
Espera el silbido de la tetera
y sirve humeante su zumo negro.

En ocasiones, lo revolucionario es decir lo evidente

Cataluña es España,
España es Cataluña.
No hay secesión en el Derecho internacional.
Soberanía no nos quitarán.
La inmersión no es un modelo de éxito.
Hay adoctrinamiento nacional,
no es la estelada bandera de paz.


miércoles, 2 de enero de 2019

Islas

Son tranquilas las tardes en las islas.
Se oscurecen los bordes de las fotos
que miramos sentados aguardando.
Tintinean los vasos y la música...
¡Ah, la música! Viene y nos recuerda
que ya fuimos eternos, inmortales.
Nos recuerda veranos de verbena,
labios húmedos, piernas entreabiertas.
Fuera es de noche,
una noche larga
en esta tierra extraña
que no es la nuestra.
Se mezclan los olores de papayas,
claveles y adormidera.
Esperamos.
Esperamos que vuelvan
noches de verbena
y piernas entreabiertas.
Diletamos al borde de la mar
en esta tierra extraña
que no es la nuestra.
Rememoramos el día.
Fondo azul en la piscina,
un zumo que desciende cristalino,
el aire seco y frío en la montaña,
un barco que veloz cruza las olas,
el mundo detenido al contemplar
la montaña suspendida
sobre océanos y bosques.
Rememoramos...
pero también deseamos
que vuelva a amanacer
una y otra vez.
Rogamos
que se aclaren los bordes de las fotos
que regresen veranos de verbenas,
que esta noche larga no oscurezca.
Imaginamos
días sin fin,
luz que no cesa.
Sabemos
que el mar está siempre cerca.