Entrada destacada

Libre

viernes, 28 de mayo de 2010

Perdidos

Ya se ha acabado, "Perdidos" tiene un final; un final que a mi, como a muchos otros, me ha parecido maravilloso. A partir de aquí, perpetrar un intento de soneto resultaba casi obligado. Aquí está mi pequeño homenaje a la serie.

En medio de la mar, espuma y olas,
humo negro y estatuas milenarias;
cuando cae la noche, candelarias.
A la mañana toman caracolas
en playas largas, blancas las estolas.
Hogares verdes y arcas funerarias.
Las almas generosas, temerarias,
se buscan y se arropan, mueren solas.
Todos ansiamos esa nuestra isla
del alma desnuda en la tierra fría,
romper la coraza que nos aísla,
encontrar una vida propia, mía;
en la que sea un dios el que legisla
y veamos juntos el fin del día.

4 comentarios:

Jose Zúñiga dijo...

Tengo la sensación de ser un extratrerrestre, porque no he visto ni un capítulo de esa afamada serie; tendré que resolver mis problemas con la tele.
Pero puede que me haga una idea con este soneto tuyo. Por lo menos, lo cuenta muy bien, y veo la atmósfera.
Esta vez subrayo la agilidad de tu rima.
Abrazo

Rafael Arenas García dijo...

Hola Jose, me gusta lo que dices de que ves la atmósfera; eso es lo que pretendía.
Aprecio mucho tus comentarios sobre rima y, también los que quieras hacer sobre ritmo y estructura. Me sigue preocupando el tema de la acentuación y, como ves, voy variando las sílabas en las que caen los acentos, sin que el resultado llegue a convencerme del todo, pero, bueno, en ir probando está la diversión.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo todavìa no he visto el final, aunque si aprecio muchìsimo la serie.

Tus versos maravillosos y con el super-respeto que me merecen los poetas que miden sus versos, para mi sigue siendo importante el contenido...el sentimiento...

abrazos

Rafael Arenas García dijo...

Hola Adelfa, a ver si cuando veas el final coincides conmigo. Sobre lo de medir los versos... a mi me parece que la métrica es una buena servidora, pero una mala ama. Si no te esclaviza puede ayudar; pero buscar la perfección métrica a costa del sentimiento es mal negocio.
Un abrazo.