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sábado, 11 de septiembre de 2010

Lago

Yace en lo profundo un lago negro
de aguas quietas, siempre en silencio
la bóveda de negra roca negra.
Una gota de tinta, una mancha negra
en un cuerpo abierto y roto, deshilachado.
Pesa el lago como un peso muerto, pesa.
Centellean las luces de las estrellas
en la bóveda de negra roca negra,
se agita el aire sobre las aguas muertas.
Vuelven las noches que precedieron a las muertes antiguas.
Vuelven las sombras que siempre fuimos,
vuelven.
En la orilla del lago una playa
bajo la bóveda de roca negra
donde aún centellean las estrellas.
En la playa un alma junto a las aguas muertas;
mira el agua y a las estrellas;
por eso no es poeta.

6 comentarios:

malena dijo...

un paisaje triste y desolado ... ¿llegará la luz luz?

feliz fin de semana

Alejandra Díaz dijo...

Rafael... como siempre, me estrujas el alma. Entendiendo por alma, el corazón.
Besos nuestros.

Anónimo dijo...

Desolador y triste...pero hay esperanza...todavìa centellean las estrellas..

muchos abrazos

Rafael Arenas García dijo...

Hola Malena. Gracias por pasarte. La verdad, no sé si llega la luz. Veremos...
Un abrazo.

Rafael Arenas García dijo...

Querida Alejandra, ¡qué alegría verte por aquí! Tu comentario me ha hecho releer el texto, y lo he visto de otra forma. Gracias, amiga. Espero que nos veamos pronto. Besos.

Rafael Arenas García dijo...

Hola Adelfa, sí, centellean estrellas en la bóveda negra. Quizás se apaguen, no sé, no sé. Abrazos fuertes.