Cada catarro,
cada desvelo,
cada noche de llanto
te quita algo
de lo que llevas dentro.
Vas deshaciendo
esta impostura,
la blanca máscara
que te pusieron
la tarde gris
en que nacieron.
Estás desnudo.
Casi lo entiendes todo:
el Padre es Hijo,
el Hijo es Padre;
nadie conoce al Padre
excepto el Hijo.
Y quien es padre
y ha visto en los ojos
de un pequeño hijo
la necesidad simple
de serlo todo,
de ser un dios
poderoso y amable;
de simular
fuerzas que no tienes,
valor del que careces.
Cuando has visto tal cosa
entiendes
¡vaya si entiendes!
Lo entiendes todo,
casi todo lo entiendes;
aunque no sabes
lo que sientes.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
viernes, 24 de septiembre de 2010
A un gol
En la tarde, el silencio;
cien mil las bocas mudas
sólo un momento.
Sube el balón
a todo ajeno.
Ya no hay jugadores,
todos son espectadores
de cómo baja un balón
caído del cielo.
Un bote, dos;
rueda y cruza la raya;
antes de la red se para.
Y nadie grita
porque están
boquiabiertos,
serenos.
serenos.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Lago
Yace en lo profundo un lago negro
de aguas quietas, siempre en silencio
la bóveda de negra roca negra.
Una gota de tinta, una mancha negra
en un cuerpo abierto y roto, deshilachado.
Pesa el lago como un peso muerto, pesa.
Centellean las luces de las estrellas
en la bóveda de negra roca negra,
se agita el aire sobre las aguas muertas.
Vuelven las noches que precedieron a las muertes antiguas.
Vuelven las sombras que siempre fuimos,
vuelven.
En la orilla del lago una playa
bajo la bóveda de roca negra
donde aún centellean las estrellas.
En la playa un alma junto a las aguas muertas;
mira el agua y a las estrellas;
por eso no es poeta.
de aguas quietas, siempre en silencio
la bóveda de negra roca negra.
Una gota de tinta, una mancha negra
en un cuerpo abierto y roto, deshilachado.
Pesa el lago como un peso muerto, pesa.
Centellean las luces de las estrellas
en la bóveda de negra roca negra,
se agita el aire sobre las aguas muertas.
Vuelven las noches que precedieron a las muertes antiguas.
Vuelven las sombras que siempre fuimos,
vuelven.
En la orilla del lago una playa
bajo la bóveda de roca negra
donde aún centellean las estrellas.
En la playa un alma junto a las aguas muertas;
mira el agua y a las estrellas;
por eso no es poeta.
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