Lentamente metió el alambre
por el oído izquierdo.
Chillaba,
pero acabó saliendo
por el derecho.
Sangre gris sobre el hombro.
No sé por qué,
pero al hacerle esto
se quedó ciego.
Curioso.
Recuerdo muchas cosas más
de aquella noche.
Barra libre. Dijeron.
No había luna,
nos alumbraban los incendios.
Rojo, amarillo, verde.
Había también chicas;
lo intenté pero no podía,
así que maté a una
que suplicaba.
Dolía el brazo
que aguantaba el fusil.
Me fui a dormir.
Soñé
que una mano me acariciaba;
quizás era mi madre.
Me hacía recordar
que en aquel día celebraba
mi aniversario.
Cumplía once años.
Barra libre. Dijeron.
No había luna,
nos alumbraban los incendios.
Rojo, amarillo, verde.
Había también chicas;
lo intenté pero no podía,
así que maté a una
que suplicaba.
Dolía el brazo
que aguantaba el fusil.
Me fui a dormir.
Soñé
que una mano me acariciaba;
quizás era mi madre.
Me hacía recordar
que en aquel día celebraba
mi aniversario.
Cumplía once años.
Eso fue en un tiempo lejano.
Ahora ya ha pasado,
ahora soy normal;
hago colas, saco billete;
bebo cerveza y pago la cuenta,
trabajo.
Me voy de putas de vez en cuando;
pero nunca les pego.
Ahora soy un hombre
de provecho.
Mañana cumplo quince.
He tenido una buena vida,
no me han violado
ni mutilado;
y una vez conocí el amor.
No sé si tengo hijos;
pero ya he visto tanto
que es justo el mundo dejar
a otros que vienen detrás.
La enfermera vendrá,
un poco de morfina
y ya está.
¿Mi edad?
Tú sabrás.
8 comentarios:
Rafael, hoy estoy curiosamente bien, por eso he vuelto a leer esta entrada. La primera vez, no pude.
Hay algo en tus versos que siempre me estremece, para bien. Los versos finales son tremendos. Me ha gustado mucho este poema, al que yo no encuentro deprimente, pero será porque yo misma estoy así. ¿Mi edad?... tú sabrás...
Bxos chinos y un puñado de ccvv...
Hola Alejandra, bueno, en realidad yo tampoco lo encuentro deprimente. Quería poner algo a modo de introducción porque me parecía demasiado fuerte el comienzo; pero no, no es deprimente el adjetivo.
Lo del final me salió sin pensarlo. De hecho no sé muy bien qué quiere decir, pero me gustó y lo dejé. Creo que es sugerente.
Besos, amiga; se agradece mucho la visita.
Veo como dos poemas en uno, Rafael: la primera parte la encuentro más fluída, me gusta mucho, te mueves con soltura entre el surrealismo y la más cruda realidad. Luego vas derivando hacia otras corrientes, más narrativas.
En todo caso, me parece un poema magnífico. Y no, yo tampoco lo veo deprimente. Ni encuentro duro el comienzo, si acaso, el final.
Abrazo
Gracias por el comentario Jose. Me pasa una cosa curiosa con este "En un tiempo lejano". Lo leo y no sé muy bien si es mío. Me perturba porque hay cosas que no sé de dónde han salido. Y, sin embargo, es, quizás, el que más he retocado de todos los que he escrito (sobre todo el final de la primera parte, al que sigo dándole vueltas). Sé que me entiendes.
También quiero volver sobre la última parte; pero quizás dentro de un tiempo.
Aprecio siempre mucho tus comentarios. Un abrazo.
Me gusta mucho este poema Rafael, me recuerda mucho a los poetas polacos, ese estilo decadente y míseramente conmovedor que mueve los huesecillos a lo grande.
Vendré a leerlo a menudo.
¡Dios!, pues si que este chamaco tenìa lo suyo...precoz el niño, claro que acabò...como tenìa que ser...
Abrazos
Hola Meri Pas. Me dejas con las ganas de conocer más sobre los poetas polacos. Lo único que tengo de un poeta polaco es de Kapuscinski; no sé si te refieres a él o a otro. Buscaré qué encuentro. Un placer verte por aquí. Saludos.
Hola Adelfa, por desgracia las cosas que empiezan mal suelen acabar mal. A un niño le robas la infancia y eso ya es irrecuperable. Lástima de mundo, lástima.
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