la tierra, dura
y tú estás solo
con tu desdicha.
El dolor es la vida
en esta noche húmeda,
tan fría.
Sin dolor nada habría.
Sostiene tu dolor
ese pino agitado por el viento,
y nubes desgarradas en el cielo
bajo el azogue del espejo negro.
Hoy no hay luna
ni estrellas.
Quizás mañana brille otro sol;
pero ¿quién lo verá?
si yo,
el último,
no llego a despertar.
8 comentarios:
Dolor, olor, color... cuanta diferencia la de una letra...
No serás el último. Yo estaré también.
Buen día, querido mío.
Bexos de los nuestros. Sólo nuestros.
Alejandra
Pd.- He tomado nota de tu consejo. Gracias
Mucha tristeza y desesperanza, espero que nadie se quede solo para ver el ùltimo amanecer...si no es que es el sol el que nos abandona...
Abrazos
Y poco importa que despierten otros si no despiertas tú. El dolor es redondo, tanto como la muerte.
Un abrazo.
Hola Alejandra. Me alegra mucho verte aquí, creo que es la primera vez que me dejas un comentario en este blog. Te lo agradezco mucho.
Es cierto que una letra lo cambia todo. Después de leer tu comentario me gustaría volver a lo que escribí para aprovechar esas otras palabras: olor, color... quizás lo haga.
Besos, querida amiga. Te sigo leyendo.
Hola Adelfa, en el fondo lo mismo daría que nosotros abandonáramos al sol o que fuera el sol el que nos abandonara a nosotros ¿no te parece?.
Un fuerte abrazo, amiga.
Hola Jose, sí que es redondo, y, además, con tanta "o" hasta lo parece. La muerte es más insidiosa que el dolor, menos aprensible. Quizás nos pasa desapercibida en muchas de sus manifestaciones.
Un abrazo, maestro.
Además de por el tema, interesante, me gusta mucho su ritmo y dinamismo.
Un abrazo. Soco
Gracias Soco. Me gusta lo que dices del ritmo, es casi una obsesión para mi, aunque no siempre consiga que ese ritmo tan ansiado se mantenga.
Un abrazo.
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