Esa infantil transcendencia
de los conciertos
en que madres y padres
vuelcan su amor
entre piedras y notas,
lo encierran en grabaciones,
lo vierten en temblores y emoción
ingenua.
Esa infantil perfección
de la música intentada
por quienes ya no son...,
o mejor,
son;
pero aún
nos recuerdan
...
Esa música creada,
inefable, imperfecta.
Ladrones, asesinos,
corruptos, violadores.
Todos ellos perdón
alcanzarán;
pero aquellos que ruido
en concierto perpetren;
aquellos que la música
con ignorancia,
burla o desprecio
maten o quiebren,
estos...
estos misericordia
nunca hallarán.