Si te pudieras deshacer y ser
¿acaso habría una mayor dicha?
Es el mundo ataúd de la desdicha
que ya te asola antes de nacer,
cuando te destinaron a yacer
lejos del negro reino de la bicha;
condenado a ser una mera ficha,
pero capaz de todo comprender.
El silencio se extiende en el vacío,
parpadean estrellas solitarias.
En la noche creciente, nada mío.
Mira estas llanuras esteparias
por tu ausencia anegadas, por el frío.
Abandonadas ruinas milenarias.
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