Una mano pequeña
te agarra como ancla;
es tan sólo un  recuerdo
en la fría mañana.
Otros recuerdos vienen,
son  los que te acompañan
desde aquel otro día,
gris  mañana lejana.
Otra mano a lo lejos
que por ti se  agitaba;
El asesino azul
tranquilo te aguardaba.
Pero  antes las piedras
con sangre han sido untadas.
Él  quedó en el camino
y en tu alma su mirada.
Ahora la  estás viendo,
aquí, en esta mañana,
definitiva,  ardiente,
caótica y extraña.
La sal seca la boca,
la  ropa está mojada,
horizonte lejano,
miedo al crujir  las tablas.
Regresabas del campo
cuando viste las  llamas
cuando oíste los gritos,
tu nombre  pronunciaban;
un silbido en el aire
te trajo la  desgracia.
Aceptas el periódico
que en el metro  regalan
te aprietas contra tantos
que el mismo aire  exhalan.
¿Acaso hay diferencias
entre los que para  vivir trabajan?
Una mano en el culo,
tragas saliva,  pasas.
Los ojos distraídos
se fijan en su cara.
Guapa,  morena, pálida.
Le clava la mirada,
ella también le  mira,
parece contrariada.
Quiero olvidar su gesto
cuando  el café tomaba,
y el sabor de su piel
cuando con él  follaba.
Hoy acabo el informe
y hago ya la llamada.
Si  estamos a primeros,
otro mes sin la paga,
cogeré  los ahorros
para el envío a casa.
Es guapo el tío  negro,
lástima que no vaya
por donde yo me muevo;
que  baje en mi parada,
le sigo, me lo cruzo,
caída de pestañas.
¿Y el móvil, dónde está?
Como cada mañana
entra  en la habitación,
igual que la dejara
el día de desgracia;
el día de desgracia;
bueno,  hecha la cama.
La arregló el mismo día
al regresar a  casa.
Vio en la mesita el móvil
que entonces  olvidara
encendido y abierto;
y que ahora muerto  también estaba.
En el Cielo tus hijos
están, a ti te  aguardan.
Grita y golpea airado
ante las cajas  blancas,
blancas como el metal
del cajón en que  viaja.
De pie echa la cuenta
de lo que aún le falta
para  acabar el pago
de la pierna moderna
que a su hija  regala.
Sabe que allá muy lejos
ella por ella  aguarda.
Ahora busca sombra
donde antes jugaba
¿Cuánto  dinero cuestan
de un pájaro las alas?
Las manos en  los guantes,
todo fluye y encaja,
incluso el  traqueteo
con su mente acompasa.
Tranquilo en su  palacio
goza de la mañana.
De nuevo han fracasado
los  que la paz pactaban.
Superficial artículo,
por algo  lo regalan,
luego lo mirará
en...
   ...y  todo estalla.
Sí que es malo el café
del bar de la  parada;
pero ella que no tiene
se siente como en  casa
entre ruido de trenes
y churros en la barra.
De repente el estruendo
y el mundo que se acaba.
No te puedes mover,
estás petrificada.
El bar es un dibujo
de gente estupefacta.
Tiras del compañero,
hacia el andén avanzas.
Del túnel salir ves
el primer cadáver de la mañana.
Rojo, azul, alarido;
del infierno la entrada.
Tienes que ir, ahí.
Oscuro alrededor,
agua y sangre en la espalda.
Echa en falta su guante,
la mano que guardaba
y el brazo que movía
el mundo en que gozaba.
Fulgores de linternas,
una voz que le llama.
Vio el fuego, oyó la bomba;
la chica se quemaba,
su rostro se fundió;
el fuego rojo avanza
hacia él, indefenso,
la llama ya le mata.
En las piernas temblor,
los hierros ella salta,
la sigues, entras, rezas.De repente el estruendo
y el mundo que se acaba.
No te puedes mover,
estás petrificada.
El bar es un dibujo
de gente estupefacta.
Tiras del compañero,
hacia el andén avanzas.
Del túnel salir ves
el primer cadáver de la mañana.
Rojo, azul, alarido;
del infierno la entrada.
Tienes que ir, ahí.
Oscuro alrededor,
agua y sangre en la espalda.
Echa en falta su guante,
la mano que guardaba
y el brazo que movía
el mundo en que gozaba.
Fulgores de linternas,
una voz que le llama.
Vio el fuego, oyó la bomba;
la chica se quemaba,
su rostro se fundió;
el fuego rojo avanza
hacia él, indefenso,
la llama ya le mata.
En las piernas temblor,
los hierros ella salta,
El silencio en la carpa
vuelve sólido el aire.
Muchos allí trabajan
y casi nada se oye;
tan solo las llamadas
en los móviles vivos,
triste y vacua humorada
entre cientos de muertos.
Ve la sábana blanca,
encima una tarjeta
alguien ya la levanta.
encima una tarjeta
alguien ya la levanta.
Pues sí, ha sucedido
un mundo así se acaba.
Unos ojos cerrados,un mundo así se acaba.
sangre seca en la cara,
no más mañanas juntos
perreando en la cama.
Muchos años después
aún recuerda aquella blanca mortaja,
de la que es una copia
la que la luz le tapa.
Llevas en ti la muerte
y un recuerdo en el alma.
El dolor es más fuerte,
sientes como te abraza,
casi te reconforta
en esta hora amarga.
Si tus hijos vivieran...
los sientes a tu espalda,
pronto serán reales;
muerte en vida tornada.
Hoy tiemblan los maestros
que a las cinco aguardan
a los que recogen
esta preciosa carga.
¿Alguno no vendrá?
No aguantan las miradas
que los chavales serios
asustados les lanzan.
La estación está cerca,
los pasos no engañan.
Primaveral calor
de la luz en la cara;
fúnebre negra máscara.
Color de la mañana,
que tras ella se oculta,
ven a mi y me regalas
tan solo dos minutos
para ver la muchacha,
perfume penetrante,
que tan suave me habla.
¡Oh, tristes odios imperecederos!
 
 
1 comentario:
¡¡de todas las vìctimas! porque son cientos...miles...cientos de miles, incluyendo las que la naturaleza arrebata...pareciera que es la ùnica cosecha que va en aumento...
abrazos
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