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martes, 8 de febrero de 2011

Tristeza

Me apetece recuperar una entrada de hace más de dos años que, no sé por qué, es de las más atacadas por los comentarios spam, esos que no saben de dónde vienen y que se limitan a incluir links para otras cosas. Gracias a esos comentarios, que me son comunicados en el correo, la tengo presente semana sí y semana también. A ver si en esta nueva ubicación recibe únicamente comentarios de amigos (reales y virtuales).

Un mundo
desnudo de palabras.
Un niño
sentado a la puerta.
Espera.
Una calle,
en un barrio,
en una ciudad
de cemento
de almas atrapadas,
cansadas.
Un niño que espera
sentado a la puerta
de una casa
cualquiera.
Tarde de cielo gris.
Hora de nada.
Mira la calle
para verla
cuando llegue
con su falda,
sus caderas,
su sonrisa,
blanca y fresca;
para besarla
y olerla
y quererla.
Y tiene la esperanza
de que la noche
no venga
y hoy pueda verla.
Pero llegan
y se lo llevan
y en el coche piensa:
¿y si es verdad
y está muerta?
mientras
las sirenas suenan.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Me toca el corazòn profundamente.
Esa soledad de la pèrdia materna sume a la criaturas en rabia, enojo, y aquèlla sensaciòn de abandono tan incomprensible...lo se, porque lo vivì.

abrazos

Rafael Arenas García dijo...

Sé que lo viviste, Adelfa. Mi abrazo más cariñoso, amiga.

Alejandra Díaz dijo...

Besos sin palabras. Lo sabes...

Jose Zúñiga dijo...

Hermosa cadencia, el clima se masca y la pena inefable se hace palabra.
Bendito anónimo, yo tengo uno anclado hace más de un año, qué se le va a hacer.

zar-linda dijo...

Rafael, este poema es puro sentimiento. Hay ausencias inevitables que se arrastran toda la vida. Y no sólo las físicas... Las emocionales son más difíciles de sobrellevar.
Me ha encantado saber de tí.
Un beso.
Estrella

Rafael Arenas García dijo...

Lo sé, Alejandra. Besos

Rafael Arenas García dijo...

La pena se hace palabra... es hermoso, gracias. Un abrazo, Jose

Rafael Arenas García dijo...

Hola Estrella, yo también me alegro de "verte". ¿Estás recuperada? Abrazos

María Socorro Luis dijo...

La tremenda belleza de lo sencillo, de lo tierno, del sentimiento...

Una delicia. Muxusss