Cada catarro,
cada desvelo,
cada noche de llanto
te quita algo
de lo que llevas dentro.
Vas deshaciendo
esta impostura,
la blanca máscara
que te pusieron
la tarde gris
en que nacieron.
Estás desnudo.
Casi lo entiendes todo:
el Padre es Hijo,
el Hijo es Padre;
nadie conoce al Padre
excepto el Hijo.
Y quien es padre
y ha visto en los ojos
de un pequeño hijo
la necesidad simple
de serlo todo,
de ser un dios
poderoso y amable;
de simular
fuerzas que no tienes,
valor del que careces.
Cuando has visto tal cosa
entiendes
¡vaya si entiendes!
Lo entiendes todo,
casi todo lo entiendes;
aunque no sabes
lo que sientes.
4 comentarios:
Y al mismo tiempo que te quitan, te dan, madurez,entendimiento, comprensiòn...te suavizan el alma...
abrazos
Es más o menos como el misterio de la santísima trinidad. Sí que da de sí un catarro.
Abrazo
Hola Armida,
"te suavizan el alma". Quizás, hay quien dice que soy más bueno desde que tengo niños. A mi me parece que no, pero uno siempre es mal juez de uno mismo. Gracias por pasarte. Abrazos.
Hola Jose, sí, más o menos. Es algo a lo que doy vueltas desde hace un tiempo. Es algo evidente y bastante tópico, me parece; pero yo no había caído en ello.
Abrazos.
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