Sacan a los grillos de sus cuevas,
pintan los árboles y los lagos,
escrutan los secretos tras las grietas.
Pena, muerte, dolor, placer y luz.
Las cajas de cartón de los regalos
son desgarradas por su cuchilla,
las cuerdas y sus nudos son rehechos,
descubren los misterios más profundos,
construyen juguetes maravillosos,
deslumbrantes y complejos.
Brillan los poemas como pirámides,
como pirámides originarias,
cubiertas de piedra blanca y pulida;pirámides que replican estrellas
(nunca fueron tumba de faraones).
Eso hacen los poetas.
Desde la orilla veo flamear
las velas ondulantes,
la quilla que hace blanco en el azul,
el sol en lo dorado de las cofas.
En esta tarde serena
quisiera que el viento suave me alzara
sobre la arena de la playa,
convertirme en aquél
que las aguas surca sin puerto,
sellar tus labios con un beso.
Eso quisiera mientras leo
lo que escriben los poetas
indolentes, hermosos, solitarios;
dueños de palacios en las montañas,
lejos del suelo por el que me arrastro.
(Foto de Labeegees Suás)