tan solo para mí,
tan solo en mi interior.
Había un verso que era
una lámina de acero,
una cortina de plomo.
Lo he borrado, tan solo para mí,
y el poema ha estallado
como una bomba de uranio;
la luz tan fuerte fue
que entre el blanco y el amarillo
se pudo ver el rojo
de un corazón
latiendo.
El verso ahí sigue,
estorbando,
e impidiendo
que alguien pueda ver
lo que yo solo sé.