en camas y lavabos
adivino blancos cuerpos desnudos,
relámpagos, la noche, madrugada,
restos de disimulada inmundicia.
¿Acaso su existencia no me roza?
¿Sus vidas en la mía no penetran?
De nazarís limpia casas
y adivino que adivina
heridas y batallas;
entre lavandas y perfumes,
disimuladas impurezas
Son nuestras vidas ásperas secantes,
jarrones que el agua mezclan.
A borbotones o con sutileza,
entre lánguidas flores
o sobre el azul del hielo
salvajes se cruzan y juntan
prístinas y carnales existencias.
(Pintura de Varo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario