Alardean los chicos ante el banco
adornado por muslos recién hechos;
se demora la mirada en los pechos,
se atreven a acercarse con un tranco.
Coquetean con quienes miran franco,
brillan gotas de agua en los helechos
que bien podrían convertirse en lechos
si la fortuna les llevara al blanco.
La tierra palpita a través de ellos,
el Sol y las estrellas se formaron,
crecieron plantas y árboles bellos,
animales y hombres bien gozaron
para que las lenguas sean hoy sellos
que junten los centros de los que amaron.
O también, recogiendo algunas de las sugerencias de Jose Zuñiga,
Alardean los chicos ante el banco
adornado por muslos recién hechos;
se demora la mirada en los pechos,
se atreven a acercarse con un tranco.
Coquetean con quienes miran franco,
brillan gotas de agua en los helechos
que bien podrían convertirse en lechos
si la fortuna les llevara al blanco.
La tierra palpita a través de ellos,
el Sol y las estrellas se formaron,
crecieron plantas y jardines bellos,
animales y humanos bien gozaron
para que las lenguas sean hoy sellos
que junten los centros de los que amaron.