La
frase de Tusk del otro día sobre que había un lugar especial en el Infierno para quienes habían impulsado el Brexit sin tener un plan me pilló precisamente releyendo la Divina Comedia, un ejercicio que repito cada cinco o seis años.
Así que no pude menos que pensar en cuál sería el círculo del Infierno de Dante que les tocaría a estos personajes.
Tengo dudas.
Por una parte me parece que podrían compartir círculo con los consejeros fraudulentos (cantos XXVI y XXVII); pero por otra podrían estar también con quienes crearon cisma o división (canto XXVIII). En el primer caso la pena sería verse envueltos en llamas. En el segundo sufrirían como se les mutila y depedaza.
Interesante.
¿Y si probamos a escribir unos tercetos sobre estos, lo que podría ser un fragmento de canto dedicado al Brexit?
-Dime maestro, ¿quienes son aquellos
que por espada y llama tal tormento
sufren sobre sus pechos y sus cuellos?
-Son, mi querido hijo, los del cuento
del Brexit sin frontera ni maldad,
los que mudaron mente como viento
y se inventaron una realidad.
Allí ves a May, Farage está allá.
¿Y el que queda inmóvil, sin voluntad?
Es Cobyrn, quien no supo decir "ya".
Quien se negó a aprobar y a retirar
y dejó al país en un "ojalá".
A May, por la declaración firmar
diablos con fuego las manos abrasan.
Que arranquen su lengua ha de soportar
Farage mientras sus orejas traspasan.
Cobyrn, sin embargo, es el peor.
Demonios sus testículos arrasan
para penar su falta de valor,
pretendida astucia que tanto mal
tras de si dejó con mucho dolor.
-¿Y el que en la llama ríe natural
como si la pena le fuera ajena?
-Es Cameron, el bobo nacional,
la misma carencia que le condena
le sirve para no tener conciencia
del fuego, la sierra y la cadena.
- Maestro, ya no tengo más paciencia
para estas personas aguantar.
- Vamos pues, hijo, donde la ciencia
de los sabios podrás sin fin gozar.
Alli charlarás con Tusk y Barnier
y de todo bien podrás disfrutar.