Si la muerte llega ahora,
si libre entregas tu sangre y tu luz,
si dejas que la ola el pecho quiebre,
si te abandonas,
si las palmas de las manos ofreces,
si no temes la soga ni el puñal...
nadie por ti vendrá.
Los ojos vivos, la carne que tiembla
mientras aguarda la sombra que llega
y tu rostro comienza ya a tocar.
Ver más allá del final
la brisa entre las hojas,
las conversaciones plácidas,
jóvenes que caminan descuidados,
piel que brilla en el claro atardecer.
Gozar más allá de la oscuridad
sonrisas y amores, suaves caricias
que ya no sentirás.
Si cambias el temor de este instante
por vidas sin violencia ni injusticia
que otros -desconocidos- tendrán;
si hoy la muerte aceptas
sin reproches ni esperanzas, confiando
sí
que algún día la hierba crecerá,
cubrirá las piedras ensangrentadas,
verdearán las rocas arrojadas
y nadie entonces ya recordará
este dolor fatal.
Confiando, sí
que esta noche a punto de llegar
sueño será, oscuro y frío, mortal;
pero sueño al fin, sueño del que alguien,
-otro- despertará.
Confiando, sí
en la mañana en que el niño o la joven,
la mujer o el anciano,
serenos y tranquilos, aburridos quizás,
ignoren que la libertad que tienen,
la seguridad, la prosperidad
aquí fueron ganadas,
la tarde en que supiste
que esa mañana que no verás
más importa que la vida que pierdes,
que el recuerdo y la memoria
que contigo desaparecerán.
Si estas cosas haces,
un beso -el mío- en la frente, al morir,
recibirás.
A quienes debemos lo que ahora somos, lo que damos por sentado; a quienes con su sacrificio, a veces olvidado, hicieron posible un mundo mejor
El portavoz del Gobierno,
traje impecable, mirada serena; nos informa y lamenta
de la senadora el padecimiento.
Un horroroso -cruel- padecimiento.
El portavoz del Gobierno,
grave la voz, plateada la barba,
con gesto serio,
a pensar nos invita
sobre cuáles son las causas que explican
este triste evento.
Y reflexiono.
Sobre el hombre ahorcado
en el momento de ser desahuciado;
sobre niños llorando
ante puertas de casas embargadas;
sobre mujeres de húmedos ojos
-mirada al infinito, paso firme-
precipitándose,
vacío el estómago, vacío el corazón,
hacia la inesperada caridad.
Pienso
en quienes han emigrado,
en padres de los hijos separados.
Pienso en los explotados,
pienso en los expulsados.
Pienso.
Pienso en la arrogancia de los expertos
en el Banco Central Europeo,
en quienes mueven la prima de riesgo.
Pienso en quienes han estudiado,
en quienes han trabajado
para ahora verse arrojados
como inútiles trastos
olvidados.
Reflexiono sobre el horroroso padecimiento
y lamento que las vidas de tantos
se hayan extraviado.
Reflexiono en los que nunca pensaron
que la calle en la noche
sería cama y hogar.
Reflexiono
(gracias, señor portavoz del Gobierno)
y lamento
y me emociono
y lloro
como ahora lloras tú
ante este horroroso
padecimiento
Descuenta lo que has hecho.
Arranca las hojas
que ocultan lo negro.
Guarda los recuerdos.
Te engañan diciendo
que eres eterno.
Un vacío sólido
aguarda que te llenes
de nuevo.
Dicen que no te encuentran
en el dolor,
la injusticia, la pérdida.
Dicen que no te encuentran,
que si existieras
no lo permitirías.
Confieso.
Veo el horror y pienso:
"No dejes que pase, que a mí me pase".
Y luego... enseguida:
"Pero, si ha sucedido,
si un niño ha muerto
o ha sido herido,
tú ya has sufrido".
Esa herida que tú y yo compartimos,
inexplicable lágrima,
angustia cierta,
pena lejana.
Esta herida que hermana
es mano extraña
que penetra, acaricia,
que nos une contigo.
En el dolor te veo
sufriendo, así lo siento.
Porque si tú no fueras
quien el dolor comparte,
si tú no fueras...
¡Sé pues, hermano!
Del dolor danos
lo que nos hace humanos.
Contemplo tu figura plena de rojo y azul. Las pupilas se avivan, penetran en tu luz. El mundo se ilumina; se para a contemplar y lo haces vibrar. Césped y viento, hojas y cristales, las cosas son más reales si viven en tu luz, si sólo son reflejo, de tu puro destello; si lo único cierto eres tú. ¿Qué importa que este cálido azul sea tan solo un eco, que seas tú un espejo que refleja la luz, intensa, fría, cierta, que, febril, yo te dejo?