En un instante,
no sabes bien por qué,
el mundo es otro.
Te toca lo inefable.
Ves las cosas que son.
Pasan campos nevados
que ya no pisarás.
Inútiles se agitan
rostros y pechos
en los que tu cabeza
ya no descansará.
Ansías una mano,
una caricia,
el calor de un abrazo,
la noche, la mañana,
atardecer.
Ansías cosas
que no serán
y sin embargo
una gran paz
te rodea y conforta.
Todo lo que es
puede ser observado,
Todo lo que hay
está esperando.
Solo pudes mirar,
pero no importa ya.
Casi todo ha concluido
y así ha de ser
en el preludio
al no ser.
Pero no aún,
que cristalina
la vida fulge
hermosa y deseable,
con un brillo postrero
violeta y lento.
Justo en el límite
todo lo ves.
Por un momento
sabes qué es
no ser.