decidle que soy
aire insubstancial.
Mi mano toca el cuero,
la cincha y la rienda.
Siento el latido,
el olor en la grupa,
los cascos que golpean.
Me sostiene la tierra.
El frío en la cara,
la luz en los ojos.
Ya vuelo ahora,
jinete sobre la hierba,
pradera sin final.
2 comentarios:
...y sin principio...
en el vuelo definitivo, temido y tal vez inexcrutable, pero inevitable...
abrazos
Sí, Adelfa, también. Te confieso que cuando lo pensé no imaginé más que su sentido aparente; pero cuando lo estaba acabando me di cuenta de que podía ser también una metáfora. Gracias, amiga. Abrazos.
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