Primero, la colcha;
luego, el cristal;
más allá, el aire, el cielo;
y al final, sobre la hierba,
fulgores verdes y amarillos;
ramas y hojas.
Brisa en la tarde plena,
el atisbo de una señal.
Una tarde perfecta,
un instante que refleja
mares vacíos y azules,
cielos eternos, imperecederos,
una luz singular.
Por guardarte daría...
daría el zumo junto a la cama,
daría el libro que ahora leo,
daría los juguetes y los regalos.
Daría la vida de mis hermanos.
Daría todo lo que sobra
en este mundo.
6 comentarios:
yo solo te digo esto...deberìas escribir mas poesìa...
abrazos
Es mucho dar..., aunque un instante puede valerlo.
Me gusta cómo se articulan descripciones y sentimientos. Y casi que me sobra lo de malvado.
Hola Adelfa. La verdad es que lo intento; pero no siempre sale. Te agradezco que siempre estés ahí. Me anima mucho. Abrazos.
Hola Jose. Lo de malvado me surgió sin querer, me imagino que por la rima con hermanos. Ya sabes que me pierde rimar; pero le daré más vueltas; intentaré buscar una palabra que encaje mejor. Abrazos.
Una palabra ha caído
y, sin embargo,
el poema ha ganado
¡Gracias!
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