Habitaba en un castillo de piedra,
gris fortaleza sobre la montaña,
estancias que la luz apenas baña,
muros -como no- cubiertos de hiedra;
polvo, ruinas, alguna telaraña.
Recorre cada día los salones.
Una amiga, un amor, busca con saña.
Nada la libra de sus obsesiones
hasta que un día, en una habitación
tras el cristal, un mundo de ilusiones
estalla, le acelera el corazón.
No hay puerta, pero allí desea entrar;
una piedra lanza con decisión,
quiere el importuno vidrio quebrar.
Lluvia sólida choca contra el suelo
para la sólida pared mostrar
que, tras el espejo, impide su vuelo.
2 comentarios:
Ayyayay...como me ponen a pensar siempre tus poesìas amigo...romper barreras, no permitir que nada, ningùn obstàculo nos impida el logro de nuestros sueños...
Un abrazo
Ojalá fuera siempre posible lograr nuestros sueños...
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