Solo.
Piedra que late,
dentro, entre la carne;
alguien la puso
en el centro del pecho;
brillante y dura,
sin mácula de sangre,
sin.
Piedra lisa y pulida,
redondeada.
No tiene ángulos,
no tiene aristas
la piedra.
Vísceras, órganos;
lanzan su caña
a la tarde y su luz;
a la tarde.
Bombea sangre
la piedra pura
en lo oscuro del pecho.
Son los deseos huéspedes,
se estrecha la garganta,
se cierra el puño,
se concentra y se suelta,
el ojo y el cabello,
el lazo de seda,
el rostro hermoso,
la mirada,
el golpe,
...
Quiere sentir el flujo,
las cosas bellas,
el aire, el sol.
En lo alto del sauce
contempla el valle;
es jilguero y gorrión,
serpiente y musgo;
río que llena
de rumores el aire
mientras el viento agita
copas de árboles.
Llega la noche
al bosque oscuro.
Arriba el viento,
mueve los matorrales,
bulle la carne,
el helecho en los labios,
copa de lluvia
entre el verde y el negro.
Es todo lo que fue,
que podría haber sido.
Es todo
lo que se imagina.
En la tarde eterna.
suave el dolor
que penetra
la piedra.
Amor,
nada,
y.
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