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jueves, 19 de noviembre de 2009

Seguro de poema

Hoy le he quitado el seguro a un poema;
tan solo para mí,
tan solo en mi interior.
Había un verso que era
una lámina de acero,
una cortina de plomo.
Lo he borrado, tan solo para mí,
y el poema ha estallado
como una bomba de uranio;
la luz tan fuerte fue
que entre el blanco y el amarillo
se pudo ver el rojo
de un corazón
latiendo.
El verso ahí sigue,
estorbando,
e impidiendo
que alguien pueda ver
lo que yo solo sé.

4 comentarios:

Jose Zúñiga dijo...

Este metapoema me gusta mucho. Con su quiebro final que tanto dice, como debe ser, lo inefable.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

El verso siempre es ìntimo, aun a pesar de que estalle y se propague...solo el poeta sabe, realmente,lo que quiso decir...

abrazos

Rafael Arenas García dijo...

Hola Jose, me gusta la paradoja que propones: decir lo inefable. Ese es siempre el objetivo ¿verdad?
Un abrazo.

Rafael Arenas García dijo...

Hola Adelfa, ... y lo que quiso decir importa menos que lo que cada lector quiera entender. No hay poema sin lectores, y sólo los lectores pueden convertir las palabras en poema.
Gracias por estar ahí, amiga.
Abrazos.