hombres, mujeres; brazos y pies desnudos;
jirones de carne azul bajo la lluvia.
Se hace de noche en la ciudad silenciosa,
devoran las llamas papeles y edificios.
Se cierra el día y las puertas son condenadas.
Quedan francas las casas de los muertos
que cuelgan de lo alto de las farolas,
péndulos sobre vómitos y excrementos.
Ya no son nada,
adornos en las aceras de la ciudad,
ojos de cristal, lenguas de cartón;
hay quien aún les espera con amor,
sin saber que sus manos están atadas,
que una cuerda aprieta su yugular,
que ya no son.
Restos de la ira, trigo molido,
uva macerada en el puño de la masa.
Del causante el cadáver las culpas paga
con ese voltear grotesco y lento
sobre sangre y excrementos.
Bajo la luna callada algunos se acercan y lloran
mientras otros escapan.
Ya nadie se acuerda de quien tensó la cuerda
que en cada farola una persona ahorcó.
Tan solo en esta noche oscura y fría
se aguarda en cada casa, en cada lupanar
que el sol que llegue alumbre
un mundo en libertad.
Un día es lo que tardarán
en descolgar los cadáveres de las farolas
y en sus despachos volverlos a colocar.
11 comentarios:
Espeluznante resultado el de una cacería como la que relatas: "y en sus despachos volverlos a colocar"
Allì los tienen siempre, en sus despachos, indiferentes a ellos, acostumbrados a su compañìa, porque ellos eso son tambièn, cadàveres...
EXCELENTE
ABRAZOS
Me has sorprendido con este registro, Rafael, fluye y restalla. Magnífica la elipsis final. Asco de mundo.
Abrazo.
Y lo peor son los cadáveres que nos colgamos al cuello, como un collar...
Excelentemente estremecedor, Rafael..
Un beso
Hola Albert,
Sísifo es implacable, sí. Saludos virtuales.
Hola Adelfa,
no había caído en esa lectura, que, creo, encaja bien en lo que quería contar. Gracias.
Abrazos para ti también.
Hola Jose, gracias; sabes que me preocupa la fluidez del texto y, a veces, desde adentro es difícil saber cómo suena lo que se ha escrito. Me agrada que fluya y restalle. Era el propósito. Sobre el registro... creo que en el fondo es más mío que el que se desprende de otras cosas que he escrito. Misterios.
Un abrazo.
Gracias Inés. A veces me sorprende esa imagen. Cosas muertas que nos rodean sin saberlo.
Besos.
Mil millones de gracias por tu haiku de cumpleaños, Rafael.
Te leo siempre.
Aurora.
Terrible pensar que esas imágenes que nos estremacen, son casi cotidianas en lugares de este mundo nuestro... tan "civilizado"
Beso. Soco
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