En la mañana fría,
en medio de pirámides
de berenjenas, coles y naranjas;
patatas, lechugas, pimientos verdes;
en medio de puestos que giran,
en medio de fracasos inconscientes;
en medio de sonrisas ladinas,
de gritos desmesurados;
de gruñidos animales
de ropa sin lavar,
en medio del sudor,
en medio de rosas falsificadas;
en medio de lo que llaman vida,
un fragmento entre sangre y estertores.
En medio del mercado
alzo la vista al cielo.
Tras las fachadas descuidadas
se adivinan los retretes y la mierda;
en medio de las pirámides de berenjenas,
de lechugas, coles y patatas;
en medio de los puestos que giran.
En medio de todo eso
siento el cuchillo y la náusea;
y prefiero el cuchillo frío,
el cuchillo afilado;
prefiero la sangre limpia
al pus, al vómito, a los excrementos;
prefiero la sangre como agua fría
a viscosas excreciones.
Lo prefiero.
6 comentarios:
Bastante dramàtico...la sangre limpia que lava heridas fisicas y del alma, y que puede borrar la suciedad y el desencanto que nos rodea, que nos aprisiona...
abrazos
Definitivamente, cada vez me gusta más esa forma tuya de empezar en lo aparentemente banal para acabar en lo transcendente. Este poema tiene una estructura que me ha deslumbrado.
Abrazo
Hola Adelfa, la verdad es que no sé el por qué de la sangre que, además, normalmente no es fría; pero bueno, esto es lo divertido de escribir, que hasta a ti mismo te sorprende. Gracias por pasarte y comentar, amiga. Abrazos
Gracias Jose, es mucho decir que te ha deslumbrado; pero no te puedo negar que me halaga. La verdad es que no es premeditado el paso de lo banal a lo transcendente. Si te soy sincero, no veo la diferencia, aunque sé que existe. Abrazos.
Hala, qué visceral te ha quedado.
Me gusta mucho!
"Visceral", buen adjetivo; se ajusta bastante a lo que pretendía; gracias. Besos, Rocío
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