El campo de batalla desierto va quedando; brilla el sol de la tarde sobre la hierba y los escudos maltrechos; la brisa entre los árboles cercanos. Ni tú ni yo hemos sobrevivido a la batalla inexistente.
Hola Jose; sí, si le quitas la última palabra el resto no tiene sentido. Es de estas cosas que se te ocurren en el duermevela no sabes muy bien por qué. Abrazos.
Difícil sobrevivir a las no batallas, siempre es mejor ser perdedor en campos minados y en guerras cruentas. Aunque si los escudos están maltrechos es que algo hubo me parece a mí.
Batallas similares han trotado el Quijote y Pancho, en las cuales los fantasmas bullian para tomar formas en la libertad de esperanza. Me gustó el poema. Un saludiño
8 comentarios:
Parece que nos hubiéramos puesto de acuerdo: la guerra y el amor en paralelo. Lo peor de este poema qus que ni la batalla haya existido.
Abrazo
Rafael, siempre tienes el exquisito tino de que tus versos me ajusten como un hermoso vestido...
Bxos cv
Hola Jose; sí, si le quitas la última palabra el resto no tiene sentido. Es de estas cosas que se te ocurren en el duermevela no sabes muy bien por qué. Abrazos.
Querida Alejandra, gracias. Es muy agradable lo que dices. Me anima mucho. Besos, amiga.
Difícil sobrevivir a las no batallas, siempre es mejor ser perdedor en campos minados y en guerras cruentas.
Aunque si los escudos están maltrechos es que algo hubo me parece a mí.
Un placer Rafael.
el sentido para mi estriba en que a veces son mas àrduas y desgastantes las batallas personales que se libran en los silencios...las del campo idem...
abrazos
Batallas similares han trotado el Quijote y Pancho, en las cuales los fantasmas bullian para tomar formas en la libertad de esperanza. Me gustó el poema.
Un saludiño
¡Gracias Rosa Maria! Besos.
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