pero somos tantos los que vivimos
que, juntos unos y otros,
un montón de cadáveres
hacemos parecer el mundo vivo.
¡Ay! Vivimos tan poco...
pero somos tantos los que vivimos...
Tú y yo, unos junto a los otros, todos,
de cadáveres solemne hermandad,
breve titilar en la oscuridad,
luz que se apaga sin casi brillar,
mano que la mano llega a rozar.
Es otro quien en lo alto contempla
el resplandor de la llama perenne
que nuestras vidas llenan,
nuestras muertes encienden
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